He tenido un sueño imposible, con alguien imposible (contra el que tengo prejuicios que sólo un sueño franquea lo suficiente como para tratarlo sin trabas y superarlos). Y lo he perdido por buscar unos zapatos durante un tiempo incontable cuando ya estaba calzada. Macarrones, ramos, todos los gaditanos en mi casa, también Lorenzo y todos -que no son gaditanos-, 6 teles en el salón y mis cosas arregladas, excepto los zapatos.
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DOISNEAU - La douche à Raizeux. 1949 |
La historia de mi vida ni siquiera escapa a mis sueños: cosas extraordinarias que no llegan, que difícilmente llegarán y que, cuando milagrosamente llegan, se esfuman por cualquier trivialidad o asustados de la cotidianidad.
Lo más triste de todo es que siempre suelo ir descalza.
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