Me dijo: Tengo un monstruo en el armario,
tendrás que acompañarme hasta la cama.
tendrás que acompañarme hasta la cama.
No pienses que estoy loca, no hagas caso:
son restos de una infancia mal curada.
Tranquila, con los miedos no se juega
y a mí la oscuridad ya no me asusta.
son restos de una infancia mal curada.
Tranquila, con los miedos no se juega
y a mí la oscuridad ya no me asusta.
Termínate la copa y vamos fuera;
no voy a abandonarte a estas alturas.
Perdimos siete taxis por Gran Vía.
no voy a abandonarte a estas alturas.
Perdimos siete taxis por Gran Vía.
Rompió el tacón de aguja del zapato.
Pedimos fuego a un par de policías,
pusimos a la ley de nuestro lado.
Debajo de un gran bloque de oficinas
le confesé: Me estoy enamorando.
pusimos a la ley de nuestro lado.
Debajo de un gran bloque de oficinas
le confesé: Me estoy enamorando.
Tranquila, es el alcohol que me domina,
mañana sé que se me habrá pasado.
Los mejores desengaños
son las noches de una noche,
cuando juegan dos extraños
a quererse medio en serio y sin reproches.
mañana sé que se me habrá pasado.
Los mejores desengaños
son las noches de una noche,
cuando juegan dos extraños
a quererse medio en serio y sin reproches.
Tú haz como si me conocieras
yo fingiré que me conoces.
Rompió el amanecer contra su cama.
yo fingiré que me conoces.
Rompió el amanecer contra su cama.
Me fui, sin despertarla, de puntillas.
Dejé una nota encima de la almohada:
"Tu monstruo del armario era mentira".
"Tu monstruo del armario era mentira".
Pasaron más mujeres por mi vida.
Ya siempre miro en todos los armarios
y sólo hallo el fantasma de una herida
que me dejó el tacón de aquel zapato.
y sólo hallo el fantasma de una herida
que me dejó el tacón de aquel zapato.
Y ahora pierdo taxis por Gran Vía
y rezo de reojo por si acaso
la encuentro persiguiendo a un policía
corriendo como loca calle abajo.
Debajo de aquel bloque de oficinas
me arrepentí de no haberle dejado
mi número apuntado en una esquina
de aquella triste y torpe nota del pasado.
Los mejores desengaños
son las noches de una noche,
cuando juegan dos extraños
a quererse medio en serio y sin reproches.
y rezo de reojo por si acaso
la encuentro persiguiendo a un policía
corriendo como loca calle abajo.
Debajo de aquel bloque de oficinas
me arrepentí de no haberle dejado
mi número apuntado en una esquina
de aquella triste y torpe nota del pasado.
Los mejores desengaños
son las noches de una noche,
cuando juegan dos extraños
a quererse medio en serio y sin reproches.
Tú haz como si me conocieras
yo fingiré que me conoces.
yo fingiré que me conoces.
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