La gente se va de tu vida. Gente a la que has querido tanto que te resulta difícil dejar de hacerlo, incluso cuando ellos hayan dejado de amarte hace tiempo.
Casi siempre se van a ocupar vidas de otra gente. A veces de gente que no sabe querer, o que ignora que querer es otra cosa. Otras no.
Te acostumbras a respirar sin ellos. A tener una existencia paralela. A ir desdibujándolos minuciosamente hasta casi borrarlos, hasta casi desaparecerlos. Tanto y tan a conciencia que un día llegas a preguntarte si no formaron parte de una película que viste en un cine una noche, o un guión que inventaste cualquier tarde de estío o de hastío.
No hay comentarios :
Publicar un comentario