VERDERÍAS
Cuando la mar ya era mar, la tierra no era más que roca desnuda.
Los líquenes, venidos de la mar, hicieron las praderas.
Ellos invadieron, conquistaron y verdearon el reino de la piedra.
Eso ocurrió en el ayer de los ayeres, y sigue ocurriendo todavía.
Donde
nada vive, los líquenes viven:
en las estepas heladas, en los desiertos
ardientes, en lo más alto de las altas montañas.
Los líquenes viven mientras dura el matrimonio entre las algas y sus
hijos, los hongos.
Si el matrimonio se deshace, se deshacen los
líquenes.
A veces, las algas y los hongos se divorcian, por riñas y disputas.
Según ellas, ellos las tienen encerradas y no las dejan ver la luz.
Según ellos, ellas los empalagan de tanto darles azúcar noche y día.
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