Un libro del siglo XVI rezaba: "los magos dicen que si una persona se frota a sí misma con un diente de león será bienvenido en todas partes y obtendrá lo que desee".

domingo, 31 de agosto de 2008

"SI EL CORAZÓN PENSARA, DEJARÍA DE LATIR" (A. MÉNDEZ) por R. Creek


He estado viajando en círculo, una y otra vez, una y otra vez, mucho tiempo, infinito e infinitamente breve. Todo para volver con una única sabiduría que no ignoraba antes de emprender el viaje, y que comparto contigo: Cuando nos empeñamos en sueños que, por su naturaleza imposible, están condenados a hacerse continuamente añicos contra murallas de realidad, a fuerza de estrellarlos terminas perdiéndolos y, con ellos, la voluntad y el deseo de seguir soñando. Es triste. Mucho. Pero también eso es vivir. Dice Alberto Méndez, en sus girasoles ciegos, que si el corazón pensara dejaría de latir; yo creo que es cierto en parte: cuando el corazón piensa, late más fuerte y más ahogado, como en un llanto que parece que no va a tener fin. Y luego para. No sé si definitivamente.


En cualquier caso, los sueños individuales son un arma de doble filo: el cumplimiento de lo que es el sueño de uno a menudo lleva aparejado el que el de otro se quede por cumplir, quizá para siempre; o, lo que incluso es peor: la realización de las ilusiones de uno a veces lleva, indefectiblemente, unido el inicio de lo que para otro es desilusión o, aún peor: pesadilla.

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