Un libro del siglo XVI rezaba: "los magos dicen que si una persona se frota a sí misma con un diente de león será bienvenido en todas partes y obtendrá lo que desee".
Fayando y fayando Te largue parao... Cuando estés bien en la vía, Sin rumbo, desesperao... Cuando no tengas ni fe, Ni yerba de ayer Secándose al sol...
Cuando rajés los tamangos Buscando ese mango Que te haga morfar... La indiferencia del mundo Que es sordo y es mudo Recién sentirás.
Verás que todo es mentira Verás que nada es amor Que al mundo nada le importa Yira... yira...
Aunque te quiebre la vida, Aunque te muerda un dolor, No esperes nunca una ayuda, Ni una mano, ni un favor.
Cuando estén secas las pilas De todos los timbres Que vos apretás, Buscando un pecho fraterno Para morir abrazao... Cuando te dejen tirao, Después de cinchar, Lo mismo que a mí... Cuando manyés que a tu lado Se prueban la ropa Que vas a dejar... Te acordarás de este otario Que un día, cansado,
Se puso a ladrar.
(Letra y música: Enrique Santos Discépolo. Intérprete: Carlos Gardel)
El único fracaso de verdad es no llegar a intentarlo y el éxito se mide por cómo afrontamos la decepción, que siempre llega.
Vinimos aquí y lo intentamos, todos nosotros, a nuestra manera.
¿Acaso no es normal que nos sintamos demasiado viejos para cambiar, que nos asuste demasiado la decepción para empezar todo de nuevo?
Por la mañana nos levantamos y hacemos cuanto podemos. Todo lo demás no importa.
Pero también es cierto que la persona que no arriesga nada no consigue nada, no tiene nada. Lo único que sabemos del futuro es que será distinto, pero quizá nuestro temor es que todo siga siendo igual, por eso debemos celebrar los cambios, porque como dijo alguien una vez: Al final, todo saldrá bien y si no sale bien, hacedme caso, es que aún no es el final." (Ol Parker, guionista de El exótico hotel Marigold)
Alguna vez leí un libro, o vi una película, o alguien me contó un
hecho real, con el siguiente argumento: un oficial de marina metió de
contrabando a su amada en el camarote de un barco de guerra, y vivieron
un amor desaforado dentro de aquel recinto opresivo, sin que nadie los
descubriera, durante varios años. A quien sepa quién es el autor de esta
bellísima historia le ruego que me lo haga saber de urgencia, pues lo
he preguntado a tantos y tantos que no lo saben, que ya empiezo a
sospechar que a lo mejor se me ocurrió a mí alguna vez y ya no lo
recuerdo. Gracias.
Copyright 1984. Gabriel García Márquez-ACI. Fragmento de un artículo publicado el 25 de enero de 1984 (El Paìs de Madrid)
Vídeo por: Ananena (Escuela de Música de Vitigudino)
Tu beso se hizo calor,
luego el calor, movimiento,
luego gota de sudor
que se hizo vapor, luego viento
que en un rincón de La Rioja
movió el aspa de un molino
mientras se pisaba el vino
que bebió tu boca roja.
Tu boca roja en la mía,
la copa que gira en mi mano,
y mientras el vino caía
supe que de algún lejano
rincón de otra galaxia,
el amor que me darías,
transformado, volvería
un día a darte las gracias.
Cada uno da lo que recibe
luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
El vino que pagué yo
con aquel euro italiano
que había estado en un vagón
antes de estar en mi mano,
y antes de eso en Torino,
y antes de Torino, en Prato,
donde hicieron mi zapato
sobre el que caería el vino.
Zapato que en unas horas
buscaré bajo tu cama
con las luces de la aurora,
junto a tus sandalias planas
que compraste aquella vez
en Salvador de Bahía,
donde a otro diste el amor
que hoy yo te devolvería...
Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.
Daniela por dentro está llena de puertas,
unas cerradas, otras abiertas.
Daniela por dentro está llena de puertas
a veces sales y a veces entras.
Daniela es del viento y a veces se entrega,
y pierde cosas, pero otras quedan.
Daniela es un árbol, un libro, una abeja,
volando entre tantas en una colmena.
Y a veces es difícil ser
y lo que hay
no siempre es lo que es
y lo que es
no es siempre lo que ves.
Daniela por dentro está llena de puertas,
unas cerradas, otras abiertas.
Daniela respira y a veces se cuelga,
a veces no sabes si es ella o no es ella.
Daniela no entiende de todo y espera
que alguien le calme sus noches en vela.
Y a veces es difícil ser
y lo que hay
no siempre es lo que es
y lo que es
no es siempre lo que ves.
Daniela por dentro está llena de puertas,
unas cerradas, otras abiertas.
Daniela por dentro está llena de puertas
a veces sales y a veces entras.
Brutal cortometraje que, más de 20 años después y contrariamente a lo que cabría esperar, puede utilizar como referencia muchas otras "islas de las flores".